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enero 17, 2023

Un estudio muestra la percepción de riesgos en las empresas acuícolas en función de su modelo de negocio

Que la acuicultura es un negocio de riesgo alto es algo que cualquiera que ya lleva varios años trabajando en este sector sabe de buena fuente. El empresario de acuicultura tiene en común su alta capacidad para asumir los riesgos inherentes a la actividad siempre que exista rentabilidad en el negocio.

Las diferencias surgen en la percepción del riesgo de cada empresa en función de la modalidad del negocio. No es lo mismo los sistemas altamente controlados de crianza bajo techo o las granjas de engorde en viveros flotantes en mar abierto más expuestas a las condiciones oceanográficas.

Con el objetivo de conocer de manera empírica cómo es percibido el riesgo en las empresas de acuicultura en Europa y cómo lo gestionan, investigadores de la Universidad de Lieja, en Bélgica y de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria recopilaron datos a través de encuestas y entrevistas en línea que permiten analizar este aspecto en empresas de España, Chipre, Grecia, Alemania, República Checa, Polonia, Portugal, Suiza, Irlanda, Turquía y Reino Unido.

Se trata, señalan los autores, de la primera vez que en el campo de la gestión de riesgos acuícolas que se utiliza un enfoque mixto de datos cualitativos y cuantitativos. Los datos se subcategorizaron en función del modelo de producción: instalaciones bajo techo en régimen de recirculación (RAS, por sus siglas en inglés); instalaciones bajo techo con sistemas de flujo abierto o semi-abierto; granjas en viveros flotantes de ciclo completo; y granjas de engorde en viveros flotantes.

Dentro de las fuentes principales de riesgos destacan las enfermedades, operacionales, medioambientales, los riesgos de mercado y financiero.

Los resultados del estudio esperan servir de ayuda a los responsables políticos, consultores, investigadores y empresas de acuicultura para identificar las fuentes de riesgo y adoptar prácticas de gestión.

El estudio diferenció distintas percepciones del riesgo en función del tipo de empresa. Las de cultivo bajo techo en sistemas de recirculación identificaron el mayor riesgo el de las enfermedades; mientras que los sistemas bajo techo de flujo abiertos los ambientales, y las granjas en viveros flotantes consideran las fluctuaciones del mercado y los riesgos financieros las principales amenazas a su viabilidad. En general las empresas identificaron los mismos riesgos salvo que en menor intensidad.

Dependiendo de la especialización de la empresa, existen diferencias en la calificación de las prácticas de gestión de riesgos. Así, por ejemplo, señalan los autores de este trabajo, mientras la prevención de enfermedades y escapes fue la práctica de gestión de riesgo más importante para las granjas de engorde en viveros flotantes, fue solo la séptima práctica más importante para las empresas bajo techo en sistemas cerrados.

Otro ejemplo es que para las empresas terrestres que utilizan sistemas abiertos o semiabiertos, la práctica de gestión de riesgos mejor valorada fue la del entorno acuático y el control regular de la calidad del agua de suministro. Mientras que las granjas marinas de viveros de engorde recibieron un valor similar en términos de puntaje promedio, que solo ocupó el quinto lugar en términos de importancia para estas empresas.

El estudio, realizado en el marco del proyecto BioMedAqu, como reconocen los investigadores, “ha contado con un número limitado de datos y con empresas que probablemente no sean las más representativas de sus respectivos modelos de negocio”. Esto se explica en parte por la “apretada agenda de los administradores de las empresas” y por la alta competitividad de este sector que las hace muy reservadas a la hora de suministrar este tipo de datos.

Es por eso, como señalan, que estos datos “no deben generalizarse a la industria acuícola en su totalidad y deben ser analizados con cautela”. Sin embargo, si sirve para “comprender aspectos generales de cómo puede organizarse la gestión del riesgo en cada empresa”.

Las investigaciones futuras, señalan los investigadores, deberán concentrarse en identificar las relaciones entre las percepciones de riesgos y sus características utilizando modelos estadísticos más eficientes.

Fuente: Mis Peces

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